Morton Feldman pensaba que el lugar en que se desarrolla una obra, aquello que la rodea, es considerado por los compositores un dato menor. Dice que los profesionales insisten en lo ‘esencial’. Se concentran en las cosas con las que se hace el arte, pensando que esas cosas son el arte, sin darse cuenta que eso que utilizamos para hacer arte es justamente lo que lo mata.
En el mundo de la música, agrega, cuando uno hace algo nuevo, algo original, es un amateur. Los imitadores son los profesionales. Son esos imitadores quienes se interesan, no por lo que el artista hizo, sino por los medios que utilizó para hacerlo. Aquí es donde el oficio surge como un absoluto, una posición autoritaria que se divorcia del impulso creativo del iniciador. El imitador es el mayor enemigo de la originalidad. La ‘libertad’ del artista le resulta aburrida, sencillamente porque en libertad no puede representar el ‘rol’ del artista.
Proust nos dice que yace un gran error en el hecho de buscar la experiencia en el objeto y no en la propia vida. Llama a esto ‘huir de la propia vida’.
¿Cuántos de esos ‘profesionales’ estarían de acuerdo con este tipo de pensamiento?
Pag. 47 del libro ‘Pensamientos Verticales’. Ed. Caja Negra. Colección Synesthesia
Huir de la propia vida ¿Qué es eso?
Si la vida es estar todo el tiempo en movimiento, sin un punto de comienzo, sin un momento de descanso, siempre cambiando, conectándose, circulando ¿huyendo?
En la era del copy&paste hablar de algo original resulta anacrónico.
¿Es posible pensar que uno pueda producir algo nuevo?
¿Lo nuevo en nuestros días es siempre un remixado con algunas intervenciones personales?
¿El lenguaje tecnológico no produce ideas originales?
¿Es que nunca hubo ideas originales acerca de cómo ver el mundo?
¿No es ya válido tener la ilusión de poder aportar una nueva manera de ver la realidad?
Sin esta ilusión la figura del artista deviene una mascarada.
Cuando uno escucha a los artistas hablar parecen confundidos, la manera de comunicarse cambió pero todavía nadie se maneja bien con ella porque las nuevas reglas de juego no están establecidas.
¿Cuál sería la mejor estrategia para este mientras tanto?
Mantenerse atentos y activos, tratando de imaginar un futuro mejor. No va a ocurrir nada bueno que no podamos imaginar primero. Más nos vale tratar de soñar hasta el detalle más ínfimo de eso que todavía no existe si es que queremos verlo algún día.
¿Huir de la propia vida puede significar no darse cuenta que nuestros patrones de conducta están revolucionados?
Todos las frases del pasado parecen querer resignificarse.
En una época de semejante confusión resulta imprescindible volver a pensar todo pero de una manera distinta.
Sin duda la atmósfera, el lugar, el paisaje, pueden aportar mucho a esta nueva forma de comprender la vida. Pero hay que salir de la casa, desconectarse de toda la tecnología por un rato y recuperar el sentimiento de estar a la intemperie.
Les dejo de ilustración un comercial brasilero que anuncia la aparición de una nueva revista. https://vimeo.com/52119183?action=share